Tendencias y evolución de la tecnología sanitaria en España para 2025

Las nuevas herramientas digitales y la adopción de soluciones innovadoras marcan el paso de un sector en plena transformación, impulsado por la regulación europea y la demanda de servicios más eficientes.
19 de enero, 2025

El sector de la tecnología sanitaria en España evoluciona con rapidez gracias a la apuesta por la digitalización, la recolección de datos biométricos y el desarrollo de aplicaciones prácticas para el diagnóstico y la atención a los pacientes. Esta tendencia ha permitido que el país se consolide como el segundo de Europa con mayor número de startups de health tech, solo por detrás del Reino Unido. Además, la reciente entrada en vigor, este pasado 12 de enero, del Reglamento sobre evaluación de las tecnologías sanitarias (ETS) a nivel comunitario, supone un refuerzo para garantizar la introducción de soluciones avanzadas en la Unión Europea.

La adopción de herramientas tecnológicas está transformando no sólo el modo en el que se diagnostican y tratan las enfermedades, sino también la comunicación entre los diferentes agentes implicados, así como la forma en la que se gestionan los datos clínicos. Estas innovaciones han contribuido de manera notable a un crecimiento del 4,5% en 2023, situando la facturación del sector en 10.600 millones de euros, acorde con los últimos registros disponibles.

La incorporación de avances cada vez más diversos responde en parte a la necesidad de abordar el envejecimiento de la población y el incremento en los costes de la sanidad pública y privada. En un contexto que exige optimizar recursos, la implementación de plataformas y soluciones tecnológicas se perfila como un factor decisivo para elevar la eficacia asistencial. De cara a los próximos años, se prevé un desarrollo creciente de la interconexión de datos, la personalización de los tratamientos y el seguimiento remoto de los pacientes.

Gemelos digitales, interoperabilidad y ciberseguridad

Entre las tendencias más destacadas figura la aplicación de gemelos digitales, que permite simular órganos o sistemas específicos del cuerpo humano a partir de grandes volúmenes de datos médicos. Esto favorece tanto la investigación como la evaluación de la respuesta de un paciente ante distintas intervenciones. Otro de los retos pendientes es la interoperabilidad de la información, encaminada a unificar la historia clínica de cada persona y facilitar la consulta de su historial, independientemente de las instituciones donde reciba atención médica.

En paralelo, la expansión de la digitalización sanitaria pone de relieve la importancia de reforzar la ciberseguridad; las redes de hospitales, clínicas y plataformas de atención en línea, son cada vez más vulnerables a incidentes de seguridad, y se estima que cerca de un 7% de los ataques se dirigen a este sector.

Para mitigar riesgos, se busca implementar soluciones que garanticen la protección de los datos sensibles, sobre todo en un escenario donde los ciberdelincuentes obtienen beneficios significativos mediante ataques dirigidos.

Robótica, inteligencia artificial y chatbots

En medicina, el campo de la robótica ofrece a los especialistas la posibilidad de realizar cirugías con mayor precisión y, en algunos casos, a operar a distancia a través de brazos mecánicos. Este enfoque mínimamente invasivo suele reducir el tiempo de recuperación y abre la puerta a intervenciones más seguras en entornos remotos.

La aplicación de la IA está cobrando cada vez más relevancia, ya que agiliza la detección temprana de patologías y facilita diagnósticos más precisos. Además, permite diseñar tratamientos hiperpersonalizados y monitorizar constantemente a los pacientes, especialmente aquellos con afecciones crónicas.

Como complemento, los chatbots conversacionales basados en algoritmos de lenguaje natural ofrecen atención inicial, orientación en la elección de especialistas, y consultas automatizadas las 24 horas.

Avatares y telemedicina

La adopción de avatares en centros médicos y hospitales contribuye a optimizar la recepción de pacientes, la interpretación de pruebas o la asesoría sobre la administración de fármacos. Al funcionar en todo momento, estos asistentes virtuales permiten resolver dudas de forma rápida y mejorar la experiencia del usuario, especialmente en zonas con escasa oferta médica presencial.

Finalmente, la telemedicina se ha consolidado como un recurso fundamental para reducir listas de espera y acercar los servicios médicos a aquellas regiones con menor disponibilidad de especialistas. Durante 2023, se registró un incremento del 20% en el uso de la videoconsulta, un indicador que confirma la creciente aceptación de esta modalidad. De hecho, cerca del 67% de las consultas virtuales se originan en áreas con déficit de atención, lo que pone de manifiesto la eficacia de la asistencia remota para cubrir necesidades sanitarias.