Según informa el Financial Times, la compañía ARM estaría ultimando lanzar al mercado un chip bajo sello propio y dirigido al sector de los centros de datos, probablemente para aprovechar el tirón que supone la inteligencia artificial generativa (GenAI) para las ventas de este tipo de hardware. Lo más llamativo del caso es que, hasta ahora, ARM solamente se ha limitado a diseñar chips, no a fabricarlos y comercializarlos, licenciando sus diseños a otras compañías.
Entre sus licenciatarias se cuentan nombres propios de peso, como NVIDIA, Samsung o Apple. Si a priori podría parecer conflictivo que quien te está haciendo los diseños de tus chips, se ponga también a venderlos compitiendo contra ti, debemos decir que la oferta de ARM se dirige, al menos inicialmente, al terreno de los servidores.
Y, por su primera clienta, la Meta de Mark Zuckerberg, parece ser que el objetivo son las firmas que buscan proveerse de chips para sus propios centros de datos, incluso tal vez con diseños personalizados. En este sentido, la única que podría verse afectada de las antes citadas es NVIDIA.
La producción de estos chips no la llevaría a cargo directamente ARM, sino que contrataría a una tercera parte para ello, una «fundición», cómo podría ser TSMC o
El anuncio ha llegado tras varias informaciones que apuntan la intención de la firma de convertirse en un actor adicional en el mercado de la fabricación de semiconductores, más allá del papel que ha desempeñado tradicionalmente en el diseño y la concesión de licencias.
No obstante, desde ARM no han proporcionado declaraciones específicas sobre el alcance de este proyecto, mientras que los representantes de Meta tampoco han hecho comentarios oficiales al respecto.
A lo largo de los últimos años, la firma ha consolidado su presencia en dispositivos móviles hasta alcanzar, según diversas fuentes del sector, una participación prácticamente total en ese mercado. Su tecnología se diferencia por un diseño energéticamente eficiente, condición que resulta atractiva para equipos alimentados por batería y que también podría tener un impacto en otras áreas de alto consumo energético, como la inteligencia artificial, muy demandante de recursos de alimentación energética.
La estrategia ha sido vinculada a la visión de Masayoshi Son, fundador de SoftBank, quien aspira a crear un ecosistema de infraestructura para la inteligencia artificial. ARM, que se sitúa en el centro de esos planes, ejerce un papel relevante en Stargate, una iniciativa de infraestructura de IA impulsada por SoftBank y OpenAI que pretende optimizar la potencia de cálculo para este tipo de aplicaciones.
Varias fuentes señalan que la compañía pretende disponer de un prototipo a corto plazo y un lanzamiento oficial a partir de este próximo verano. Mientras tanto, su enfoque parece estar en la eficiencia energética, un aspecto fundamental ante las elevadas exigencias de rendimiento y consumo que conlleva la IA.