Me he pasado unas cuantas semanas preparando este gran evento, y ya llevo unos días informando desde aquí, desde la Fira Gran Via de Barcelona, pero justo ahora me doy cuenta que no me he parado a hacerme la que debería ser mi pregunta principal: ¿sabe usted, amigo lector, qué es exactamente el Mobile World Congress y qué se hace aquí dentro?
El concepto que la mayoría de la gente tiene de él es que es el lugar y el momento en el que el sector de la telefonía móvil se encuentra, hace negocios, presenta las grandes novedades, y discute «sus temas». Más o menos, en parte, pero también es mucho más.
La feria, un encuentro variopinto -más o menos- estructurado
Lo que salta más a la vista es el espacio ferial propiamente dicho, en el que las grandes empresas montan sus stands para exhibir sus productos. Si entramos en Fira Gran Via por la Entrada Sur, uno de los dos accesos que posee, a mano derecha encontramos el pabellón número 1, en el que este año teníamos el stand de Brasil, y algunas empresas de tamaño medio, además del mega-stand de Huawei, una habitual en este espacio que, ella sola, se lleva medio pabellón.

Si seguimos adelante, los pabellones 2 y 3 acogen a grandes corporaciones multinacionales, con el 2 ocupado más por las compañías dedicadas a los componentes electrónicos. Es, por ejemplo, donde encontramos a ARM, Samsung Semiconductor, Analog Devices, pero también a Rakuten y Oracle entre otras, mientras que el 3 concentra a fabricantes de terminales y operadoras, como Vodafone, Xiaomi, Nokia, Telefónica, Deutsche Telekom, Honor, Orange o Samsung, sin olvidar a otras como Mediatek, Intel o Cisco.
Un largo pasillo permite distribuir el público de paso hacia los pabellones 4, 5, 6 y 7, donde encontramos una amalgama muy variada de empresas. Este pasillo, llamado Congress Square.

Es en estos espacios donde se dan cita los pabellones que representan a países o regiones, además de empresas, donde encontramos a pequeños fabricantes (con una destacada aportación de marcas chinas que fabrican de todo) y, al final de cada pabellón, una área de salas para celebrar reuniones.
Finalmente, y debiendo pasar por el ala superior, llegamos al pabellón 8, dividido en dos espacios en la planta baja y el primer piso respectivamente, donde se exhiben las startups.
Un completo programa de actividades
Pero el Mobile no es solamente feria y exhibición y, como su nombre indica, dispone de su apartado de congreso. De hecho, alguien que participe en este evento puede pasarse sus jornadas de trabajo aquí yendo solamente a charlas, mesas redondas y presentaciones, sin tener tiempo a pisar el espacio ferial más que para ir de un lado para otro.

Cada pabellón dispone de algún espacio en el que se celebran eventos de este tipo pero, sobre todo, estamos hablando de los pabellones 4, 6 y 8, y salas de la planta superior, a la que se puede acceder mediante escaleras mecánicas ubicadas en el largo pasillo que va desde la entrada sur hasta los pabellones 6 y 7 (a partir de este punto, se vuelve obligado subir para acceder al 8).
Las actividades pueden ser concretas, organizadas por una empresa (incluso las hay que tienen pequeños auditorios en sus propios stands), o bien agrupadas en «tracks» temáticos. Se busca tanto un espacio largo, de una hora, para cada charla, como «flashes» breves, de media hora o incluso menos.
Las temáticas son variadas, pero giran principalmente en torno a todo lo que rodea el negocio del sector tecnológico, la comprensión de lo que buscan los usuarios, e intentar prever las tendencias que nos esperan en el futuro inmediato.
Mitos y leyendas sobre la vida nocturna
Podría dedicar unas líneas de este artículo a explicar alguna anécdota sobre las famosas fiestas que se celebran en la noche barcelonesa tras el cierre del congreso, pero prefiero mantener la dignidad de los contenidos de este sitio y de aquellos en los que escribo en general y, además, esto lo pueden leer menores de edad…
Evidentemente, se celebran cenas y fiestas a lo largo y ancho de la ciudad que tienen como invitados exclusivos a los asistentes del congreso.
Personalmente, y cómo periodista acreditado en el Mobile, cada año estoy invitado a varias de estas celebraciones, por lo que puedo hablar con conocimiento de causa de las que implican a los periodistas. Y, para nosotros, estos eventos significan dos cosas: una, la posibilidad de hablar directamente y en un entorno informal con los representantes de las empresas (sí, al final, acabamos hablando de negocios), y otra es que cenamos y, además de no tener que preocuparnos por buscar un restaurante, lo hacemos gratis, pues en todos estos eventos paga la compañía que patrocina.

Un tercer aspecto provechoso de estas fiestas es que te relacionas con compañeros del sector, periodistas como tú, con quienes, a la postre, se pueden generar sinergias y colaboraciones. Por lo tanto, la asistencia a una de estas fiestas-cenas-eventos, te puede acabar dando una cartera de colaboradores muy útil en el futuro.
De hecho -y no diré nombres-, a uno de los colaboradores de Digital Inside España lo conocí en un Mobile World Congress hace años y, desde entonces, hemos compartido algunas fiestas juntos y nos hemos presentado uno al otro a mucha gente.

El día a día de un congresista
Como yo he asistido al MWC cada año cómo periodista, desconozco al detalle cómo se organizan los demás colectivos, pero por lo que he podido ver y hablar con algunos conocidos que asisten como congresistas, básicamente ellos preparan una agenda de encuentros y, luego, los días que asisten, pasean por toda la feria en busca de aquellas empresas que les puedan generar sinergias como clientes, proveedores, partners, o de otro tipo.

El momento más delicado es el del almuerzo, porque hay pocos restaurantes y están todos muy concurridos, y la perspectiva de esperar en una larga cola nunca es agradable, pero pocas opciones más hay si no es salir de la feria y buscar alguna otra cosa.
Una vez cerrada la feria, si el congresista viene de afuera, vuelve a su hotel, se relaja un rato y, luego a cenar y, algunos (muchos), de fiesta por Barcelona, a eventos similares a los que he descrito para prensa.
Si bien este tipo de congresos, con esta envergadura, duran cuatro días, el último sólo es media jornada, y muchos congresistas asisten una media de 2-3 de esos días, evitando el último o el primero.
El día a día de un expositor
Más simple, puesto que raramente se mueve del stand de su compañía, máxime para comer y otras necesidades fisiológicas indispensables que no entraré a detallar, pero que todos podemos imaginar.
Su trabajo también empieza bastante antes del Mobile, puesto que debe preparar cómo va a lucir el stand, la rotación del personal (es imposible para una sola persona estar todos los días a todas las horas atendiendo al público, por lo que va a necesitar apoyo en este sentido), y la logística del material que va a exponer, si es el caso. En este sentido, hay empresas que solamente ofrecen servicio y disponen de un stand pequeño, lo que alivia en gran medida toda la impedimenta a llevar.

El montaje de los stands se produce desde varios días antes de la celebración del evento para los de mayor tamaño, mientras que muchos de los más pequeños solamente entran el fin de semana anterior al comienzo del show.
En cuestión de paladear la vida nocturna barcelonesa, aplica lo mismo que para los demás colectivos.
El día a día de un periodista
Aquí sí puedo hablar con propiedad, porque desde 2006 vengo asistiendo al MWC en calidad de periodista cubriendo el evento en las publicaciones para las que he trabajado (incluyendo Digital Inside, evidentemente) y, por lo tanto, ya tengo unos cuantos trucos de veterano en mi bolsillo.
La preparación del evento comienza unas semanas antes de su celebración, con el registro de prensa, al cual debes aportar pruebas de que, realmente eres periodista. Esto es debido a que disponer de una acreditación de prensa te permite acceso libre y gratuito a la feria y los distintos eventos que conforman un congreso que, de otra manera, cuesta casi mil euros para acceder solamente a visitar el recinto ferial y acudir a algunos de los actos (con niveles de entradas que pueden llegar hasta casi 5.500 € por persona, con mayores prebendas).
Por lo tanto, para obtener una credencial de prensa, se hace necesario demostrar que, realmente, ejerces la profesión, ya que las regalías son evidentes.
A partir del momento en que tu solicitud ha sido aceptada, empiezas a recibir propuestas para asistir a actos que van desde ruedas de prensa hasta presentaciones de productos, pasando por las ya comentadas fiestas, así como entrevistas personales. la clave de un buen Mobile es ser selectivo y no decir sí a todo de buen principio, sino escoger aquellos eventos que tengan relación con el sector de la industria con el que trabajes.

Para los periodistas, el Mobile en sí da comienzo justo el sábado antes de la inauguración oficial (el congreso siempre va desde un lunes hasta el jueves de la misma semana), ya que tanto dicho día como el domingo, tenemos convocatorias para presentaciones, fiestas y showrooms.
Uno de los clásicos es ShowStoppers, un evento que organiza una empresa externa a la GSMA y que se repite en otras ferias, como el IFA de Berlín, o el CES de Las Vegas, y que consiste en un showroom que muestra las novedades de empresas pequeñas y disruptivas.
Las fiestas y cenas organizadas por las empresas, ya en estos mismos dos días, son una forma de socializar con los responsables de marketing (quienes, al fin y al cabo, deciden los presupuestos de inversión en publicidad y patrocinio, por lo que es una buena oportunidad para abordarlos), y de cenar, además de hacerlo gratis.
Algunos acaban la noche de fiesta en discotecas y bares, mientras que otros lo hacen trabajando en su hotel o en su casa si son de Barcelona. Un tercer grupo, con el paso de los años, hemos transicionado de irnos de fiesta, a irnos a trabajar (mi cuerpo ya no está para aguantar ciertos ritmos, aunque al principio no me perdía una). Dormir, lo que es dormir, dormimos poco.

Lunes y martes son siempre los días más fuertes a nivel de presentaciones y cobertura mediática. Si uno se ha preparado bien el certamen, estos dos días tiene una agenda de ir de aquí para allá sin parar, durante el día en las instalaciones de la Fira de Barcelona y, cuando empieza a caer la noche, la actividad migra al centro de la ciudad condal, con algunos eventos temáticos, y las ya famosas cenas y fiestas.
Cómo he dicho antes, para nosotros los periodistas, estas cenas son formas de comer algo porque, muchos de nosotros, no podemos ni parar a almorzar los dos primeros días, así que podemos recargar energías antes de ir a dormir. Marcharse pronto de una fiesta e irse a trabajar un rato antes de ir a dormir, es opcional pero recomendable.
Finalmente, nos quedan los dos últimos días, en los cuales la mayoría de nosotros realiza entrevistas personales y recorre el espacio ferial para buscar alguna «joia» de la que no ha recibido noticias, pero sobre la que puede ser interesante escribir.
¿Y qué pasa los días posteriores al congreso? Pues supongo que la mayoría de los asistentes, tanto expositores, como congresistas o nosotros los de la prensa, descansamos. Personalmente, no veo el momento de llegar a mi casa para, simplemente, vegetar delante del televisor, desconectar mi cerebro, y que baje el nivel de cafeína en sangre (o, cómo decía esta misma mañana un compañero mío, «el nivel de sangre en mi sistema cafeínico«, frase que me permito robarle, con todo el cariño).
La semana siguiente, y una vez descansados y repuestos, empieza el post-congreso pero, esa, ya es otra historia…

*Me gustaría, desde estas líneas, dar una nota de agradecimiento a las personas que hacen posible este evento, el personal contratado para llevar a cabo aquellas tareas invisibles pero indispensables; me refiero al personal de limpieza, al de la restauración, al que está a carga de los guardarropas, de responder a las preguntas de los asistentes, o quienes atienden a la prensa, con especial cariño a los que, año tras año, me dan la bienvenida al área de prensa. Y los que me olvide mencionar. A todos, gracias de todo corazón.