Satya Nadella, CEO de Microsoft, ha defendido sistemáticamente el potencial transformador de la Inteligencia Artificial (IA). En una reciente entrevista en el podcast de Dwarkesh Patel, Nadella subrayó que el verdadero éxito de la IA se mediría por su impacto tangible en el crecimiento económico mundial. «El verdadero hito será que el mundo crezca al 10%» declaró, señalando el estancamiento del crecimiento económico en los países desarrollados como un reto a superar.
Sin embargo, a pesar del optimismo público, la realidad operativa parece contar una historia diferente. Información reciente obtenida por analistas de TD Cowen revela que Microsoft ha cancelado contratos de 200 megavatios de centros de datos, en los que participan al menos dos proveedores importantes. Tradicionalmente, las propuestas de arrendamiento cualificadas para estos centros se convertían casi en su totalidad en contratos firmados. Ahora, la empresa da marcha atrás en esta práctica, lo que indica un cambio notable en sus previsiones de ventas.
Este cambio, en opinión de TD Cowen, sugiere una pérdida sustancial de demanda, posiblemente atribuible a OpenAI, el socio estratégico de Microsoft, en proyectos de IA como ChatGPT. Además, el gasto internacional previsto anteriormente en nuevos centros de datos se está redirigiendo a Estados Unidos, en una estrategia que podría reflejar un enfoque más cauto y selectivo por parte del gigante tecnológico.
Nadella también abordó temas menos convencionales, como el uso de la IA para los preparativos personales y la gestión diaria. Afirmó utilizar un «Copiloto» con múltiples agentes para diversas tareas, e incluso hizo hincapié en el uso de la IA para preparar entrevistas e interacciones estratégicas. Esta mención puede ilustrar la creciente dependencia, incluso a nivel ejecutivo, de las herramientas de IA en la gestión y la toma de decisiones, pero también plantea interrogantes sobre la complejidad y la eficacia de la comunicación organizativa, dada la creciente intervención de capas de GPT.