María Antonia Rodríguez, Directora General de Dell Technologies en España: «la tecnología se prepara para un giro radical en 2025»

Los responsables de TI anticipan un futuro marcado por la IA, el rediseño de centros de datos y la modernización de la infraestructura para impulsar nuevos modelos de trabajo y negocio.
8 de enero, 2025

La inteligencia artificial se ha convertido en un eje transformador que, en 2024, pasó de la fase de experimentación, a un punto de adopción creciente. Según diversos estudios, las empresas han estado probando e integrando AI Generativa en sus procesos, lo que ha generado un interés sin precedentes en la optimización de datos.

Como, inevitablemente, el resto de los fabricantes de hardware, la firma Dell se está involucrando en el lanzamiento de nuevos ordenadores equipados para hacer frente a los retos de esta nueva época, y cuyos procesadores incorporan aceleradores para cálculos de la IA (las conocidas NPU, Unidades de Procesamiento Neuronal). Es el caso de los nuevos equipos que ha anunciado en el CES, y que ha construido de la mano de AMD.

Es en este contexto que María Antonia Rodríguez, Directora General de Dell Technologies en España, da un repaso a las principales tendencias que marcaran el sector de las TI a lo largo de este año 2025 que justo acabamos de empezar.

El auge de los PC con IA y el trabajo híbrido

En 2025, la estrategia de IA se convertirá en una de las principales prioridades: las herramientas y soluciones maduran a un ritmo acelerado, y no adaptarse puede suponer un riesgo para la competitividad. Asimismo, el uso de la IA no solo se limita a grandes organizaciones, sino que se extiende a un amplio abanico de sectores.

La llegada de los PCs con IA redefine la manera en la que se procesan los datos a nivel local, lo que agiliza el rendimiento e incrementa la seguridad en entornos cada vez más distribuidos. El enfoque se centra en acercar el cálculo a donde realmente se ejecutan las tareas, ganando relevancia el borde de la red (edge) para conseguir mayor eficiencia.

Sustituir los dispositivos tradicionales por equipos mejorados con IA se torna esencial en campos con ritmos de innovación acelerados. La variedad de hardware será más amplia que nunca, impulsada por nuevas CPUs, GPUs y NPUs que incrementan las posibilidades de procesamiento.

Reinventar el centro de datos para la IA

Con la IA avanzando a pasos agigantados, en 2025 el grueso de la potencia computacional se destinará a la inferencia. Según Rodríguez, este enfoque requiere repensar las infraestructuras en términos de escalabilidad, lo que incluye adoptar arquitecturas desagregadas que separen capacidad de computación, almacenamiento y redes.

Además, la creciente demanda de recursos, hace ineludible la adopción de soluciones energéticamente eficientes, como fuentes de energía diversificadas y hardware con menor impacto medioambiental. La optimización de los centros de datos, alineada con la sostenibilidad, será un factor determinante.

El auge de los agentes de IA

En esta predicción, coincide con muchos otros expertos del sector. Y es que en 2025, los agentes de IA se distancian de los chatbots convencionales, asumiendo funciones más activas y complejas dentro de los flujos de trabajo. En lugar de sistemas meramente reactivos, se encaminan a la planificación y ejecución de tareas vinculadas a objetivos concretos.

Para el año 2028, se proyecta que dichos agentes gestionen un porcentaje significativo de las interacciones basadas en IA. Esto modificará el enfoque de la gestión interna: ya no solo se dirigirán equipos humanos, sino también asistentes de inteligencia artificial capaces de trabajar de forma proactiva.

Prioridades para la dirección de TI

Y llegamos a la parte especialmente interesante para las organizaciones: en este escenario dinámico y repleto de oportunidades, las cuatro prioridades para 2025 giran en torno a:

  • La estrategia de IA: pasar de la experimentación a la adopción global, aprovechando los aprendizajes y escalando las aplicaciones efectivas.
  • La modernización de la infraestructura: desde ordenadores personales basados en IA hasta la transformación de los centros de datos, la tecnología debe sostener las metas corporativas.
  • La sostenibilidad: equilibrar el crecimiento con la responsabilidad medioambiental, adoptando recursos energéticamente eficientes que permitan a las organizaciones ser conscientes de su huella de carbono.
  • La capacitación de los equipos: dotar a los empleados de herramientas, como agentes de IA, para automatizar tareas rutinarias y centrarse en labores de mayor valor estratégico.