Los riesgos no financieros dominan la lista de prioridades, lo que refleja el impacto continuado de la crisis bancaria estadounidense de 2023. El riesgo cibernético, citado por el 63% de los encuestados, es la principal preocupación, seguido del fraude (44%) y los riesgos tecnológicos (38%). Además, el riesgo de crédito mayorista (32%) y el riesgo relacionado con terceros (32%) completan el top 5, lo que indica una creciente atención a la interconexión entre instituciones y proveedores.
Un hecho alarmante se ha puesto de manifiesto: el 93% de los encuestados destaca la necesidad de adaptarse a la creciente rapidez con la que se materializan los riesgos, impulsada por acontecimientos como la volatilidad de las acciones bancarias y las fugas de depósitos. Para hacer frente a este entorno, los bancos están implantando indicadores de alerta temprana, análisis de escenarios más sólidos, planes de gestión de crisis y revisando los modelos de riesgo en función de los acontecimientos de 2023.
Las presiones reguladoras se están intensificando. Según la encuesta, el 84% de los CRO afirman que los supervisores están imponiendo normas más estrictas y exigiendo respuestas más rápidas a los problemas planteados. Esta dinámica obliga a los bancos a evolucionar rápidamente para mantener el cumplimiento y proteger su posición en el mercado.
A medida que los riesgos se aceleran, las entidades están dando prioridad a las iniciativas para optimizar su infraestructura de análisis, haciendo hincapié en el uso de la inteligencia artificial, el refuerzo de la gestión de la ciberseguridad y la mejora de los modelos de gobernanza y la información sobre riesgos.
Este estudio apunta a un futuro de incertidumbre, alimentado por avances tecnológicos como la IA generativa, acontecimientos geopolíticos y nuevas dinámicas de mercado. Para las CRO, la capacidad de adaptación e innovación será crucial para prosperar en un entorno en el que los riesgos se materializan con mayor rapidez y las exigencias normativas no muestran signos de remitir.
La gestión de riesgos se está convirtiendo en una cuestión estratégica, destacando como un pilar indispensable para la resiliencia y el éxito en el sector financiero mundial.