Las scale-ups españolas se posicionan como una referencia en el panorama europeo, con un crecimiento medio anual del 36%, según los datos del estudio «Scaling for Growth: Unlocking the Potential of Europe’s Startups and Scaleups«, presentado por Sage en el South Summit de Madrid. Esta cifra las sitúa muy cerca del promedio europeo, que alcanza el 38% entre empresas que, por definición de la OCDE, han crecido más de un 20% durante tres años consecutivos.
El estudio, realizado entre más de 7.500 empresas emergentes de 15 países europeos, así como de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, destaca que estas compañías mantienen altos niveles de facturación. En España, el 20% de las encuestadas factura más de 50 millones de euros anuales, mientras que el 41% se encuentra entre los 5 y 20 millones.
La investigación tiene como objetivo orientar la formulación de políticas europeas que fortalezcan la competitividad y la capacidad de innovación, situando la digitalización como eje clave para el crecimiento de las scale-ups.
El estudio revela que España supera la media europea en la adopción de tecnologías emergentes, especialmente en el uso de inteligencia artificial. El 45% de las empresas emergentes españolas ha integrado o está escalando la IA en múltiples áreas del negocio, frente al 42% del promedio en Europa. Esta tendencia va acompañada de una fuerte apuesta por la inversión en TI, considerada prioritaria por casi la mitad de las scale-ups españolas en caso de recibir nueva financiación.
Además, el 91% de las scale-ups europeas valora la tecnología como esencial para su crecimiento, consolidando la percepción general de que la transformación digital es un componente indispensable para competir en el entorno actual.
Pese a la clara vocación internacional de estas compañías (el 98% se ha expandido o prevé hacerlo más allá de su país de origen), muchas enfrentan dificultades derivadas de la fragmentación normativa en el mercado europeo. Más del 55% demanda una mayor implicación de las instituciones comunitarias para simplificar la regulación y eliminar las barreras fiscales.
En el caso concreto de España, el 47% de las empresas emergentes identifica el sistema fiscal como una barrera, superando la media europea del 42%.
Así mismo, los pagos tardíos representan otro factor crítico: el 47% de las compañías españolas afirma que este problema afecta directamente a su crecimiento, lo que supone diez puntos porcentuales por encima de la media en la UE.
Atraer capital privado y talento cualificado, las asignaturas pendientes del ecosistema español
España destaca también en el acceso a financiación pública. Una de cada cuatro scale-ups españolas ha accedido a subvenciones públicas, en contraste con el 18% de media europea. No obstante, el acceso a capital privado continúa siendo limitado: el 67% de las empresas emergentes de nueva generación manifiesta dificultades para obtener financiación de capital riesgo, y más de la mitad de las scale-ups españolas considera necesaria una mayor accesibilidad a financiación asequible desde las instituciones europeas.
En este contexto, el informe sugiere aprovechar la fortaleza de la financiación pública como catalizador para atraer inversión privada, promoviendo mecanismos como vehículos mixtos de inversión e incentivos fiscales.
Otro de los principales desafíos a los que se enfrentan las scale-ups en España es el acceso limitado a talento especializado, en particular con competencias digitales e IA. Solo el 36% se muestra satisfecho con el acceso a talento cualificado, una cifra que se sitúa trece puntos por debajo de la media europea. Este factor se convierte en un freno estructural que condiciona la expansión de los modelos de negocio emergentes.
Para revertir esta situación, el informe recomienda medidas como el desarrollo de programas de capacitación digital y la creación de visas de talento para facilitar la atracción de profesionales internacionales.
En conjunto, el ecosistema de scale-ups en España presenta una base sólida en digitalización y apoyo institucional, pero necesita resolver carencias en capital humano y privado para consolidarse como un centro de referencia europeo. El informe de Sage subraya la importancia de una acción política coordinada y ambiciosa en torno a cuatro ejes: tecnología, comercio, financiación y competencias.