Las reglas para smartphones y tablets en la UE cambian a partir del 20 de junio

La próxima entrada en vigor de las normas europeas de Ecodesign y Energy Labelling obligará a los fabricantes de teléfonos móviles y tabletas sin teclado a alargar la vida de sus dispositivos, facilitar su reparación y declarar, por primera vez, un índice de reparabilidad en la etiqueta energética.
10 de junio, 2025

El Parlamento y la Comisión Europea han dado el paso definitivo para que, a partir del 20 de junio de 2025, todo smartphone, teléfono móvil convencional, teléfono inalámbrico y tableta tipo slate (los que no llevan teclado incorporado de serie, aunque se les pueda conectar uno vía Bluetooth) comercializados en el territorio de la Unión, cumplan nuevos requisitos de diseño sostenible. Quedan fuera los terminales con pantallas flexibles enrollables, los teléfonos destinados a comunicaciones de alta seguridad y los tablet PC que emplean sistemas operativos de escritorio (cómo Windows o Linux) y teclados desmontables.

Con esta regulación, desde Bruselas se persigue alargar la vida comercial de los dispositivos, en lo que parece ser una obsesión del mandato de Ursula von der Leyen en la Comisión Europea. Según los cálculos de impacto de la misma Comisión, al pasar de una media de 3 a 4,1 años en la gama media de smartphones, las ventas anuales descenderán en la misma proporción que aumentará el tiempo de uso, manteniendo estable el parque instalado.

Para superar las pruebas de mercado, los equipos deberán resistir caídas accidentales y arañazos, así como ofrecer cierta protección frente al polvo y al agua. El objetivo es reducir las averías prematuras y los costes asociados a sustituciones tempranas.

La durabilidad de la batería será otro pilar: deberá soportar al menos 800 ciclos de carga y descarga conservando el 80% de su capacidad inicial, una condición que pretende minimizar la obsolescencia vinculada a la pérdida de autonomía.

Además, los fabricantes deberán garantizar el desmontaje razonable del dispositivo, el suministro de piezas críticas en un plazo máximo de diez días laborables y durante siete años tras la retirada del modelo del mercado.

Coincidiendo con la aplicación del reglamento de ecodiseño, los smartphones y las tabletas sin teclado exhibirán una etiqueta energética que, junto a la eficiencia, mostrará la autonomía de la batería, la resistencia mecánica y el nuevo índice de reparabilidad. Este distintivo pretende trasladar al comprador información clara sobre la sostenibilidad del producto.

La etiqueta incluirá un código QR que enlazará directamente con la base de datos EPREL, donde los responsables de compras podrán consultar especificaciones ampliadas, facilitando así comparativas objetivas entre modelos antes de la adquisición.

Actualizaciones de software a largo plazo

Si bien algunas firmas como Google o Samsung ya han ido alargando el periodo durante el cual los compradores de uno de sus terminales pueden disfrutar de actualizaciones del sistema, ahora la UE lo pone negro sobre blanco, obligando a los fabricantes a proporcionar actualizaciones del sistema operativo (upgrades) durante cinco años y a ofrecer a los servicios técnicos profesionales acceso sin restricciones al firmware necesario para las reparaciones.

Aquí cabe especificar que la diferencia entre las upgrades a las que se refiere el texto legal europeo, y las updates, términos que en castellano muchas veces simplificamos con un «actualizaciones» para referirnos a ambos. Y es que la diferencia no es sutil ni carece de importancia para lo que nos ocupa.

Si las updates se refiere a actualizaciones sobre la misma versión del sistema operativo, upgrades se refiere a una versión mayor nueva. Por lo tanto, los terminales lanzados al mercado disfrutarán de nuevas versiones del sistema operativo durante, al menos, cinco años, sin contar con las actualizaciones menores para cubrir, por ejemplo, agujeros de seguridad.

Las instituciones comunitarias estiman que los dispositivos fabricados cumpliendo ya con este marco normativo ahorrarán cerca de 14 TWh de energía primaria cada año en 2030, aproximadamente un tercio del consumo actual del segmento. A ello se suma la optimización en el uso y el reciclaje de materias primas críticas, reduciendo la presión sobre la cadena de suministro.

Los datos de escenario elaborados por la EIA muestran que, en comparación con la evolución sin medidas (BAU), se recortarán los gastos de los consumidores, las emisiones de gases de efecto invernadero y los ingresos totales del negocio, al disminuir la rotación de terminales en favor de una vida útil prolongada.

Para los responsables de TI en las organizaciones, este cambio debería traducirse en menores costes de renovación y en un alineamiento claro con los objetivos ESG de sus organizaciones.