El fenómeno de la suplantación de identidad en entornos digitales se encuentra en plena expansión en Europa. Según un análisis publicado por el banco online N26, estas prácticas fraudulentas (basadas en que el estafador se hace pasar por entidades legítimas como bancos, cuerpos policiales o empresas de mensajería) se han convertido en una de las formas de fraude con mayor crecimiento en el continente.
El equipo de Trust & Safety de N26, especializado en la detección de amenazas digitales, ha detectado una transformación en los métodos de contacto utilizados por los ciberdelincuentes. Aunque los SMS siguen siendo la vía inicial más común en España (82%) e Italia (83%), en países como Francia se observa una predilección por las llamadas telefónicas, utilizadas en el 75% de los casos denunciados.
Alemania presenta una combinación diversa de vectores, con un 19% de contactos iniciales por llamada y un 26% a través de correo electrónico, lo que sitúa al país como uno de los más expuestos al phishing tradicional. Sin embargo, desde comienzos de 2025, los expertos de N26 han observado que las llamadas han superado a los SMS como principal medio de contacto inicial en casi todos los mercados analizados.
El informe identifica variaciones significativas en cuanto al perfil demográfico de las víctimas. En países como España y Francia, el grupo de edad más afectado se sitúa entre los 25 – 29 años, mientras que en Italia este se desplaza ligeramente hacia los 35-39 años.
Además, se evidencia una notable diferencia de género: en los principales mercados europeos de N26, aproximadamente el 68% de las víctimas son hombres. Esta brecha se amplía en los segmentos de edad más avanzada, alcanzando su máximo en el grupo de 60 a 64 años, donde el 81% de los casos corresponde a varones. Esta disparidad tiende a reducirse en los grupos de edad más jóvenes.
El mecanismo empleado por los estafadores se basa en crear una situación de urgencia que lleva a la víctima a tomar decisiones sin evaluar los riesgos. A menudo, los delincuentes se presentan como representantes bancarios, utilizando detalles específicos que refuerzan su credibilidad, y presionan a la persona para que comparta información sensible como: contraseñas, códigos de seguridad o datos bancarios.
Para contrarrestar estos riesgos, los expertos de N26 recomiendan seguir algunas pautas básicas de seguridad. Entre ellas, desconfiar de llamadas inesperadas, evitar acceder a enlaces no verificados, no compartir información confidencial fuera de canales seguros y mantenerse alerta ante mensajes que transmitan alarma o urgencia. Estas medidas son fundamentales para reducir la exposición al phishing y otras modalidades de fraude digital.