Las empresas confían en su tecnología, pero no están preparadas para los riesgos futuros

Según un nuevo informe de Kyndryl, la mayoría de los directivos consideran sobresaliente su infraestructura tecnológica, aunque menos de la mitad se sienten preparados para afrontar desafíos como la ciberseguridad y la obsolescencia de los sistemas.
21 de octubre, 2024
Las empresas confían en su tecnología, pero no están preparadas para los riesgos futuros

Kyndryl, compañía de servicios tecnológicos, ha publicado su Readiness Report 2024, que explora la paradoja entre la percepción y la realidad en la preparación tecnológica de las empresas. Para su confección, la compañía se ha basado en entrevistas realizadas a 3.200 altos responsables de la toma de decisiones de 25 sectores, entre ellos la sanidad, la industria manufacturera, la energía y las finanzas.

La encuesta, realizada entre el 1 de julio y el 12 de agosto de 2024, recopiló las perspectivas de ejecutivos de alto nivel (directores generales, financieros, de información y técnicos) y altos directivos de empresas en 18 mercados globales, incluidos Estados Unidos, Brasil, China, Alemania, y Reino Unido, además de España.

Principales conclusiones

La más importante es que aunque el 90% de los directivos cree que su infraestructura tecnológica es sobresaliente, sólo el 39% asegura que está preparada para gestionar los riesgos futuros. En España, esta última cifra asciende ligeramente al 41%.

La modernización tecnológica está ayudando a las empresas a obtener una ventaja competitiva, pero solo el 42% ve actualmente un retorno de la inversión positivo en inteligencia artificial.

En la actual economía digital, los líderes empresariales confían en su tecnología para mitigar riesgos, desarrollar talento y aprovechar nuevas herramientas. Sin embargo, el informe muestra que, a pesar de que el 94% de los directivos considera la modernización tecnológica una prioridad, el 44% de las infraestructuras tecnológicas de misión crítica está llegando al final de su vida útil, incrementando la vulnerabilidad y creando barreras para la modernización.

Desafíos en la adopción de nuevas tecnologías

Las empresas también se enfrentan a dificultades en la toma de decisiones y el desarrollo del talento. En España, el 80% de los directivos encuestados considera que sus organizaciones tienen problemas para seguir el ritmo de los avances tecnológicos, cifra que a nivel global es del 62%.

Mientras que el 76% de las empresas están invirtiendo en inteligencia artificial tradicional y aprendizaje automático, solo el 42% ve un retorno positivo de la inversión. Los principales obstáculos para la adopción de la IA son la preocupación por la privacidad de los datos (31%), la incertidumbre sobre el retorno de la inversión (30%) y los problemas de cumplimiento normativo (26%).

La obsolescencia tecnológica es otro desafío significativo; el 64% de los directores generales está preocupado por la obsolescencia de la TI, porcentaje que en España asciende al 66%.

Según Kyndryl Bridge, el 44% de la infraestructura tecnológica de misión crítica se acerca al final de su vida útil o ya lo ha alcanzado. Además, más del 40% de los líderes observa lagunas en las habilidades tecnológicas que obstaculizan el progreso de la modernización.

Ciberseguridad y regulación: principales preocupaciones

La seguridad sigue siendo la principal preocupación para las empresas; el 65% de los directivos está preocupado por los ciberataques, y solo el 30% se siente preparado para gestionarlos. De manera similar, el 59% expresa inquietud por el cambio climático y los problemas medioambientales, pero solo el 25% cree que sus sistemas pueden responder eficazmente.

El panorama normativo en aceleración es también una de las principales preocupaciones. Aunque el 48% de los ejecutivos temen que el ritmo de la regulación sea demasiado rápido, el 66% considera que la regulación tiene un efecto positivo en general. Las empresas más avanzadas en transformación digital confirman una mayor colaboración entre los líderes empresariales y tecnológicos, y un mayor retorno de la inversión en proyectos tecnológicos.

Beneficios de la modernización y margen de mejora

A pesar de los retos, las empresas que se modernizan están obteniendo claros beneficios: en comparación con el año pasado, los directivos informan de una mejora de la eficiencia (85%), una mayor innovación (71%) y una mejora en la experiencia de empleados o clientes (60%).

Sin embargo, todavía hay margen de mejora, ya que los ejecutivos ven menos impacto en la seguridad de los datos y el cumplimiento normativo (34%) y en los resultados basados en la sostenibilidad, como la disminución del uso de energía o las emisiones (27%). Incluso las empresas que han adoptado herramientas informáticas avanzadas, como programas de automatización que supervisan y solucionan problemas en todo su parque informático, tienen espacio para mejorar.

Kyndryl Bridge muestra que una media del 8% de los problemas de TI se pueden solucionar mediante la automatización sin intervención humana, y ve el potencial de que hasta un 30% de los problemas de TI se resuelvan mediante la automatización, lo que podría ahorrar a las empresas miles de millones de dólares al año en costes de mantenimiento y en evitar tiempos de inactividad.

Una hoja de ruta hacia el futuro

El presente informe también ofrece una hoja de ruta para la preparación en un panorama empresarial en constante evolución. Dado que las TI juegan un papel más destacado en la configuración de la cultura y los procesos del lugar de trabajo, los CIO y CTO que colaboran con la dirección ejecutiva estarán más preparados para llevar a los empleados con las mejoras tecnológicas.

Los líderes que fomentan una mano de obra cualificada tienen más probabilidades de sentirse preparados para los riesgos futuros, por lo que invertir en el desarrollo del talento, especialmente en IA y ciberseguridad, es crucial.

Para justificar inversiones inteligentes, los directivos deben comprender cómo las nuevas herramientas se integrarán no solo con la tecnología, sino también con la cultura, los procesos y los objetivos de la empresa.

Además, reformular la conversación sobre la deuda tecnológica es esencial. En un mercado en evolución en el que muchas empresas disponen de infraestructuras obsoletas, reducir la deuda técnica elimina ineficiencias operativas y libera potencial para un crecimiento más rápido, siendo una inversión en agilidad e innovación futuras. Esto incluye adoptar plenamente nuevas capacidades, como la automatización, para incrementar la eficiencia y reducir el tiempo de inactividad.