La IA encabeza el crecimiento tecnológico en 2025

Un informe reciente revela que el mercado de la inteligencia artificial se prepara para duplicar el ritmo de expansión de los semiconductores, triplicar el de la IoT y superar a la nube en un 10%.
10 de abril, 2025

El sector tecnológico ha vivido uno de sus inicios de año más complejos, marcado por tasas de interés elevadas, un entorno económico más lento, regulaciones más estrictas, políticas de tarifas y conflictos comerciales. Sin embargo, estas circunstancias no han frenado el avance de la inteligencia artificial, que mantiene su trayectoria ascendente y sobrepasa el crecimiento de cualquier otro ámbito tecnológico.

Según datos presentados por AltIndex.com, la IA crecerá en 2025 un 31%, superando de manera notable a la computación en la nube, que alcanzará el 20,8%, y a otras áreas como el Internet de las Cosas o los semiconductores, con ritmos de un 11% y un 15,6% respectivamente. Esta expansión acelerada sitúa a la inteligencia artificial en el epicentro de la transformación digital y la inversión tecnológica a nivel mundial.

Factores que impulsan la IA y proyecciones a largo plazo

A pesar de las trabas que puedan surgir en materia de suministro y posibles encarecimientos de hardware por las tensiones comerciales, la adopción de la IA en soluciones de software, aplicaciones empresariales y servicios en la nube sigue en auge. Esto contribuye a un escenario en el que la IA mantiene —e incluso refuerza— su posición de motor principal de crecimiento en la industria tecnológica, con un pronóstico de expansiones de doble dígito durante los próximos años.

De acuerdo con las previsiones de Statista, la IA experimentará un período de siete años consecutivos de crecimiento, con variaciones de entre un 31% para 2025 y un 23,5% para 2031, confirmando su tendencia a mantenerse en la cúspide de la modernización empresarial y de la innovación en múltiples sectores.

Frente a ello, otras ramas del mercado tecnológico —desde la computación en la nube hasta los semiconductores— verán un enfriamiento progresivo que reduce sus tasas de crecimiento en un horizonte de cinco a siete años, sin impedir, eso sí, su desarrollo, aunque a velocidades inferiores a la de la inteligencia artificial.