La implantación de la inteligencia artificial (IA) en los entornos laborales sigue avanzando a un ritmo notable en Europa, y especialmente en España, donde la percepción de su impacto genera más incertidumbre que en el resto del continente.
Según una investigación internacional de SD Worx, el 31% de los trabajadores españoles expresa preocupación por la automatización de tareas clave mediante IA, superando en cuatro puntos la media europea, situada en el 27%. A pesar de ello, el uso práctico de estas herramientas se ha incrementado: el 22% de los empleados en España afirma utilizar la IA de forma regular en su trabajo, frente al 15% que lo hacía en 2024.
El informe, basado en más de 21.000 entrevistas en 16 países europeos, señala también que el 53% de los trabajadores españoles que ya usan IA prevé que su empleo cambiará de forma significativa o incluso se transformará completamente en un plazo de tres años. Esta percepción es más elevada entre los menores de 35 años, grupo en el que un tercio cree que la transformación será importante. Por el contrario, un 21% considera que los cambios serán mínimos o inexistentes.
En paralelo, el 37% de las empresas españolas afirma estar invirtiendo en inteligencia artificial para su entorno de trabajo, mientras que un 36% se encuentra en fase de exploración. A pesar de estos avances, solo 3 de cada 10 compañías indican haber observado beneficios tangibles en sus procesos de Recursos Humanos tras incorporar soluciones de IA.
Las razones de esta falta de resultados claros se relacionan con la ausencia de una estrategia definida, la dificultad para identificar casos de uso eficaces, y la existencia de marcos organizativos aún poco preparados para aprovechar el potencial de la IA. A nivel global, las principales áreas de aplicación señaladas por las empresas son el aprendizaje personalizado, la gestión del rendimiento mediante análisis predictivos y la automatización de procesos de selección. En el caso español, las prioridades de inversión están centradas en el apoyo a los departamentos de RRHH, la gestión normativa y el cumplimiento legal.
El despliegue de la IA en el entorno laboral se produce en un contexto de regulación creciente. Desde el 2 de febrero de 2025, el reglamento europeo sobre inteligencia artificial (AI Act) ha comenzado a desplegar sus primeras obligaciones. Entre ellas, destaca la necesidad de que los empleados que trabajen con IA cuenten con formación suficiente para usarla con criterio. Además, se prohíbe el uso de sistemas que vulneren derechos fundamentales, como el reconocimiento emocional o la puntuación social en entornos laborales.
Las infracciones al marco regulador podrán suponer, a partir del 2 de agosto de este año, sanciones de hasta 35 millones de euros en algunos casos. En adelante, se aplicarán nuevas obligaciones para sistemas avanzados, con una implantación gradual hasta agosto de 2027.
Percepción incierta y necesidad de enfoque estratégico
Casi la mitad de las organizaciones en España manifiesta incertidumbre sobre cómo afectará concretamente la IA al modelo operativo de sus departamentos de RRHH. El 47% de los empleadores reconoce no tener una visión clara del impacto que puede tener esta tecnología en las tareas diarias, a pesar de que el 38% sí espera cambios rápidos en la estructura del lugar de trabajo.
Entre los obstáculos más mencionados por las empresas figuran el temor a perder el componente humano en la gestión del talento (37%), la falta de experiencia técnica para aplicar soluciones de IA (35%) y las preocupaciones sobre privacidad y protección de datos (34%). También emergen inquietudes relacionadas con los sesgos algorítmicos y la falta de transparencia en los procesos automatizados.
Los expertos advierten de la necesidad de adoptar un enfoque integrado, que vincule las distintas áreas de RRHH (desde la contratación hasta la retención) bajo una política clara, orientada a generar confianza, garantizar la transparencia y maximizar el valor añadido de la IA en las organizaciones.