Marc Sureda
El sector bancario está experimentando una profunda transformación digital impulsada por la inteligencia artificial generativa, de acuerdo con el informe Ascendant de Minsait (firma perteneciente a Indra Group). Según dicho estudio, el 56% de las entidades financieras orienta sus esfuerzos a perfeccionar el procesamiento de las transacciones, lo que abarca, por ejemplo, la gestión de solicitudes o la lectura automática de documentos. Esta optimización interna va acompañada de una mayor gestión de riesgos, con una de cada tres organizaciones adoptando la IA para tareas como la detección de alertas y la prevención de fraudes o del blanqueo de capitales.
El panorama actual también muestra que el 38% de las compañías emplea tecnologías de IA para la detección de ciberamenazas y el análisis de patrones, lo que denota una intensificación de la protección de la ciberseguridad en un contexto de creciente complejidad operacional. Paralelamente, ocho de cada diez bancos están aplicando la IA para mejorar procesos internos, impulsando la automatización y la eficiencia a un ritmo sin precedentes.
Un nuevo escenario para la experiencia de cliente
Estas soluciones no se limitan solo a la optimización interna, sino que buscan enriquecer la interacción con el cliente. De hecho, un 48% de las empresas bancarias revela que su principal motivación para implementar la IA reside en el conocimiento y relación con el cliente final. Mediante la capacidad de prever las necesidades de los usuarios, se facilita el lanzamiento de servicios más personalizados y proactivos, permitiendo a la banca extender su oferta tradicional hacia segmentos o productos que antes solo estaban al alcance de la gestión de patrimonio, la banca privada o la corporativa.
Sin embargo, la incorporación de la IA plantea ciertos retos; la escasez de profesionales especializados y la falta de infraestructuras tecnológicas adecuadas se suman a la ausencia de un marco regulatorio consolidado. Estos factores podrían ralentizar la adopción de sistemas avanzados de IA, aunque la tendencia global apunta a un mayor ritmo de consolidación a medida que las entidades refuerzan sus estrategias digitales.
La IA como activo estratégico
El sector financiero se orienta hacia un modelo donde la IA adopta un rol más protagonista en la toma de decisiones y en la ejecución de procesos a lo largo de toda la cadena de valor. El informe de Minsait prevé que la banca continúe aplicando soluciones basadas en la inteligencia artificial de forma cada vez más transversal, entendiéndolas como un activo de la estrategia y no meramente como un apoyo tecnológico.
De esta forma, las entidades buscan incrementar la productividad y afinar los controles sobre sus operaciones, complementando el análisis y la experiencia humanos con la precisión de los algoritmos. En línea con las demandas del mercado, la banca afronta así factores económicos y sociales que exigen cambios profundos en sus estructuras internas.
De acuerdo con Minsait, el desarrollo de la IA se presenta como respuesta para lograr mayor competitividad y adaptarse a una nueva generación de consumidores que demandan soluciones ágiles y eficientes.
