Decir Forbes es hablar de una publicación y una editorial muy importante en el mundo de los negocios y las empresas y, cómo tal, cada vez que esta “abre la boca” (aunque ello sea de forma metafórica pues lo hace por escrito), queda justificado escuchar (leer) atentamente.
Forbes dispone de un Consejo Empresarial, un organismo reservado a figuras importantes dentro del mundo empresarial, que emite consejos para el buen desempeño de empresas y negocios a lo largo y ancho del mundo, y también opina sobre tecnología, más concretamente sobre la aplicación de esta al día a día de las organizaciones empresariales para mejorar su desempeño.
Abdulwahab Mohammed es miembro de este consejo, y es el gerente y director regional de Infosys para Oriente Medio y África, además de constar en la lista Global 200 de líderes inspiradores de 2024, y quien firma el artículo titulado “The future of IT leadership in the AI era: trends and essential skills for success”, en el que desgrana las tendencias del sector, y los conocimientos y habilidades que los ejecutivos deben tener para liderar correctamente la introducción y uso de la inteligencia artificial en sus respectivas organizaciones.
En dicho artículo, empieza explicando que la industria tecnológica se presenta como un auténtico motor de innovación y cambio, y sitúa a sus líderes ante el reto de anticipar la siguiente gran oleada de avances. Esta presión por encabezar la curva tecnológica se ve respaldada por las previsiones que apuntan a que el mercado mundial de tecnología de la información podría superar los 5 billones de dólares de ingresos en 2024 una vez se cierre el año, según datos de la consultora Gartner.
En este contexto, la incorporación de la inteligencia artificial se perfila como un importante dinamizador, con un crecimiento estimado en los próximos cinco años que podría rondar un 36% anual, de acuerdo con distintos analistas.
El impacto de la IA y el nuevo liderazgo
Las expectativas sobre la IA incluyen un impacto notable en la economía, ya que se pronostica que su aportación global podría superar los 15 billones de dólares en 2030. El auge de este tipo de soluciones obedece al afán de las empresas por integrar la analítica y la automatización en sus operaciones, buscando una mayor eficiencia y reducción de costes. Esta transformación requiere de líderes que sepan interpretar los cambios en su entorno y adaptar el rumbo de sus equipos para afrontar los desafíos emergentes.
La visión de liderazgo también se está transformando, dejando atrás estructuras jerárquicas tradicionales en favor de dinámicas más colaborativas. Ya no basta con poseer destrezas técnicas, es también imperativo contar con las competencias necesarias para manejar equipos ágiles y heterogéneos. La forma en la que los directores y responsables de TI afrontan estos retos va más allá de la ejecución de proyectos, adentrándose en la creación de culturas organizativas capaces de absorber la disrupción tecnológica con rapidez.
La adopción de las tecnologías de IA y Machine Learning no solo representa mejoras en productividad y eficiencia, sino que exige una puesta en práctica responsable y transparente. La integración de soluciones automatizadas debe salvaguardar la ética y la confianza de los usuarios, lo que implica evaluar posibles sesgos en los algoritmos o el uso inadecuado de datos.
En paralelo, se requieren líderes conscientes del impacto social y económico de estas innovaciones, que trabajen para mitigar riesgos y promover la aceptación de estas tecnologías.
Asimismo, la popularidad de estas herramientas incide en las necesidades formativas de los profesionales de la información. La mayor parte de las organizaciones busca perfiles que no sólo comprendan las oportunidades que brinda la inteligencia artificial, sino que sepan establecer procesos de supervisión y respuesta ante eventuales situaciones críticas o vulnerabilidades. Un ejemplo claro se encuentra en la implantación de chatbots avanzados o asistentes virtuales, que deben ser implementados de modo que mejoren la experiencia del cliente sin desatender la seguridad o la imparcialidad de sus respuestas.
Tendencias tecnológicas y competencias clave
El cambio constante en los modelos de negocio favorece la consolidación de la toma de decisiones basada en datos. La gestión, interpretación y uso de la analítica en tiempo real se han convertido en un elemento esencial para presentar propuestas con un valor tangible en términos de retorno de la inversión. Un directivo de TI con capacidad de demostrar claramente un posible retorno económico al migrar a la nube, por ejemplo, tendrá más opciones de obtener el respaldo de la dirección y la consiguiente dotación presupuestaria para llevar adelante el proyecto.
La ciberseguridad se ha convertido en un pilar estratégico dentro de la planificación tecnológica; mantener un entorno seguro va más allá de contar con sistemas de ciberdefensa, supone establecer una cultura de la prevención y la reacción ante cualquier amago de brecha. Dicho enfoque contempla la formación del personal, la implantación de planes de contingencia y la búsqueda permanente de herramientas que fortalezcan el blindaje contra ataques virtuales.
Las tecnologías de cloud y edge computing ganan protagonismo como parte de la evolución de la infraestructura IT. Mientras la nube ofrece escalabilidad y optimización de costes, la computación en el borde de la red (edge) facilita la reducción de la latencia, acercando los recursos al punto de generación de los datos. Cuando se combina este esquema con un conocimiento profundo del negocio, los responsables tecnológicos pueden ajustar el rendimiento de la plataforma a las demandas inmediatas y garantizar la agilidad en la entrega de soluciones.
La evolución de las habilidades de liderazgo
Para hacer frente a estos cambios, los ejecutivos del sector necesitan una visión que se proyecte más allá de los desafíos presentes. Es fundamental integrar el enfoque estratégico, la anticipación de nuevos paradigmas tecnológicos y la capacidad de diseñar rutas claras que alineen los objetivos de la organización con las oportunidades del mercado. Un directivo capaz de plantear el uso de tecnologías emergentes, como la blockchain, para optimizar procesos internos, ilustra la importancia de esta perspectiva panorámica.
La comunicación y la colaboración se han convertido en competencias básicas para conciliar las demandas técnicas con los objetivos generales de la empresa. Los líderes que explican los beneficios de una migración o actualización tecnológica, tanto a equipos especializados como a niveles directivos, incrementan las probabilidades de éxito en la implantación de nuevas políticas. Esa claridad en el discurso genera consensos y pone de manifiesto la relevancia de la transformación digital.
Adaptarse para liderar
Otro aspecto esencial es la adaptabilidad, que implica no temer los cambios y poseer la resiliencia necesaria para abordar contratiempos inesperados. Mantener actitudes positivas y receptivas frente a los tropiezos, promueve ambientes de trabajo abiertos a la innovación y al aprendizaje constante. Un clima así permite a los equipos refinar procesos y reaccionar con prontitud ante la volatilidad tecnológica, según Abdulwahab.
Finalmente, el impulso de la innovación es clave para la diferenciación competitiva en un panorama en el que las disrupciones aparecen con frecuencia. Los responsables de TI han de fomentar entornos que favorezcan la creatividad y el cuestionamiento de lo establecido, promoviendo soluciones originales y oportunidades de negocio que consoliden su liderazgo. Este enfoque conduce a organizaciones más flexibles, capacitadas para prosperar en una era marcada por la transformación continua.