Guillem Alsina Gonzàlez
A estas alturas, las bravuconadas y salidas de tono de Elon Musk ya no deberían sorprender a nadie, pero el hecho de que el propietario de la red social X (antigua Twitter) quiera convertirla en una app universal (es decir, válida también para realizar pagos, por ejemplo, y entre otras funcionalidades), hace sospechar que su afirmación de hace unos días en X, de que se preparaba para lanzar un servicio de correo electrónico, tiene, esta vez, posibilidades de ser algo más que pura habladuría.
El contexto de tal afirmación es que Musk respondía a otro usuario de X, @DogeDesigner, un diseñador gráfico de la criptomoneda Dogecoin, quien afirmaba que un servicio de correo de X sería fantástico. Musk es conocido por haber provocado grandes fluctuaciones en el precio de la criptodivisa Dogecoin, con afirmaciones precisamente en X, que los inversores tomaron en cada momento de una determinada manera, así que las interacciones entre personal de dicha criptomoneda y Musk, siempre pueden resultar sospechosas.
Actualmente, X cuenta con unos 415 millones de usuarios, por lo que podría atraer otros tantos usuarios de cuentas de correo electrónico (aunque, a la práctica, a buen seguro que serían unas cuantas menos) mientras que, por ejemplo, Gmail tiene una base que supera los 1.800 millones de usuarios, por lo que difícilmente el servicio de X le haría sombra, aunque podría atraer a un número de usuarios suficientes como para hacerlo atractivo a anunciantes, para un servicio que podría subsistir a base de publicidad.
Por otro lado, no tenemos certezas de que un servicio de correo electrónico pueda estar entre los próximos objetivos de Musk y X solamente teniendo en cuenta la afirmación del magnate en la red social. Y esto, precisamente, puede representar un problema para la ciberseguridad de muchas personas.
Una excusa perfecta para el phishing
La respuesta de Musk al diseñador de Dogecoin era, textualmente, que el servicio de correo electrónico de X se encuentra en la lista de tareas pendientes, lo que da una excusa a los ciberdelincuentes que utilizan trampas de phishing para actuar.
Así pues, a partir de ahora, es posible que empecemos a recibir mensajes de correo anunciándonos la llegada del servicio de e-mail de X, que incluyan la correspondiente URL para acceder y registrarse.
No hace falta decir que la única fuente fiable de información será la propia X, y que el correo que nos llegue tentándonos con un enlace a un supuesto servicio de correo de X, deberá ir directamente a parar a la papelera.
