El teletrabajo sí trae la felicidad

Al menos, eso apunta un estudio realizado durante cuatro años ya desde antes de la pandemia en Australia.
25 de junio, 2025

Un equipo de la Universidad de Australia Meridional siguió a varios grupos de empleados durante cuatro años -incluidos los meses previos a la pandemia- y concluyó que la satisfacción vital crece cuando el trabajo se realiza en remoto. El proyecto, iniciado antes de la crisis sanitaria, comparó la evolución de felicidad, salud mental y rendimiento de quienes podían elegir dónde desempeñar sus tareas con quienes mantenían rutinas presenciales estrictas.

Cabe señalar que la adopción voluntaria del teletrabajo ha sido un dato vital en el estudio, puesto que quienes se disponían a abrazar esta forma de trabajar, presentaron unas cuotas de felicidad mucho más altas que aquellos que eran obligados por la dirección a trabajar desde su casa.

Eliminar los desplazamientos diarios -algo que antes suponía más de tres horas a la semana para el trabajador medio australiano- comportó poder disfrutar de media hora extra de sueño cada noche y reducir el estrés crónico. Los investigadores atribuyen la mejora a la desaparición de los trayectos casa-oficina, responsables de fatiga acumulada y del deterioro anímico.

El tiempo recuperado se reparte entre el propio trabajo, el cuidado familiar y el ocio, favoreciendo hábitos más saludables como cocinar con productos frescos y reducir la comida procesada. Según el seguimiento, casi un tercio de esas horas liberadas se destinan a actividades recreativas que ayudan a combatir el sedentarismo y recargar energía.

Otro aspecto que ha mejorado en los trabajadores a resultas de la adopción del teletrabajo es el de la alimentación; al estar en el hogar más próximo a los centros de compra y disponer de más tiempo para cocinar, ello se tradujo en la ingesta de más alimentos frescos (en especial frutas, verduras y lácteos) y menos precocinados.

Cómo ya he indicado antes, el estudio distingue entre el teletrabajo elegido y el obligatorio; en el primer caso, crecen la concentración y la satisfacción laboral al poder adaptar horarios y entorno.

Mantener la cohesión de los equipos exige una gestión basada en la confianza y la comunicación abierta, más que en el control presencial. Las empresas que complementaron las videollamadas operativas con espacios virtuales informales, conservaron el sentimiento de pertenencia a la organización, y el apoyo mutuo entre compañeros de trabajo.

La principal preocupación para las empresas que conceden a sus trabajadores la capacidad de teletrabajar es si van a cumplir con los plazos estipulados en las entregas, y si su rendimiento va a bajar. La verdad es que el estudio demuestra que la productividad no solamente se mantuvo, sino que se incrementó en los casos en los que el teletrabajo fue una elección voluntaria del empleado.

En conjunto, la investigación invita a replantear la relación entre espacio profesional y vida personal: el trabajo deja de ser un destino fijo para convertirse en una actividad adaptable y centrada en el bienestar. Para los responsables de TI y compras de tecnología, estas conclusiones refuerzan la necesidad de infraestructuras seguras y flexibles que permitan al personal rendir al máximo allí donde se sienta mejor.