El talento como motor para que las marcas de fabricante mantengan su competitividad en el retail

La presión de la marca del distribuidor y los cambios en el modelo de tienda están transformando el ecosistema del gran consumo. Las marcas de fabricante deben redefinir su propuesta de valor, reforzar su capacidad de innovación y atraer perfiles especializados si quieren mantener su presencia en los lineales.

El crecimiento de la marca de distribuidor (MDD) está redefiniendo los equilibrios en el sector del gran consumo. Los retailers, impulsados por la necesidad de eficiencia operativa y la adaptación a nuevos hábitos de consumo, están optimizando surtidos y modificando el formato de los puntos de venta. Esta evolución supone un desafío directo para las marcas de fabricante, que deben justificar su permanencia en el lineal a través de una propuesta de valor sólida y diferenciada.

La simplificación de la oferta en determinadas categorías y la apuesta por productos de alta rotación y buena relación calidad-precio está favoreciendo a las marcas blancas. En este contexto, aquellas marcas de fabricante que no puedan defender su diferencial de precio a través de la calidad, la innovación o la fidelización del consumidor, corren el riesgo de perder visibilidad y cuota de mercado.

El papel del talento en la estrategia de diferenciación

Para responder eficazmente a este entorno cambiante, las compañías deben apostar por equipos con competencias específicas en áreas clave como la estrategia comercial, el desarrollo de producto, la digitalización, el branding y la gestión de canales omnicanal. Así lo señala Laura Urue, responsable del área de Consumo en Catenon, quien subraya la importancia de contar con el talento adecuado para hacer frente al avance de la MDD.

En particular, las marcas que logren destacar por su apuesta por la sostenibilidad, su capacidad de innovación o su fortaleza de marca, tendrán más posibilidades de mantener su relevancia frente al consumidor. Esto implica no solo invertir en producto, sino también en perfiles profesionales cualificados capaces de impulsar estas estrategias y conectarlas con las nuevas demandas del mercado.

La innovación y la propuesta de valor como claves de supervivencia

En un momento en que los márgenes se estrechan y la competencia se intensifica, el papel de la innovación adquiere una relevancia estratégica. Ya no basta con mantener un producto en el mercado: es necesario ofrecer al consumidor un valor añadido tangible, que justifique su elección frente a opciones más económicas. Esta diferenciación debe construirse no solo desde el producto, sino también desde la comunicación de marca, la experiencia de compra y el canal digital.

Para ello, será esencial reforzar las capacidades internas con profesionales capaces de liderar este cambio, desde la analítica del consumidor hasta la gestión de la innovación o la implementación de estrategias de sostenibilidad. En definitiva, el talento será el elemento diferencial que permitirá a las marcas de fabricante seguir ocupando un espacio relevante en el retail del futuro.