El impulso tecnológico que transformará la banca y los seguros en 2025

Kyndryl identifica las tendencias que marcarán el futuro de las entidades financieras y aseguradoras, adaptándose a un entorno con transacciones digitales y regulación cambiante
23 de diciembre, 2024

Los servicios bancarios avanzan hacia un escenario en el que las transacciones digitales y los pagos en tiempo real se han convertido en algo habitual. Con este contexto, las regulaciones se vuelven cada vez más estrictas debido a la inestabilidad geopolítica y las mayores exigencias de privacidad y seguridad. Según un estudio de Kyndryl, el 91% de los líderes de la banca se muestran confiados en el estado de su infraestructura de TI, aunque el 45% admite que sus herramientas se encuentran cerca del final de su vida útil y solo el 41% dicen estar completamente preparados para afrontar riesgos futuros.

Este panorama explica por qué muchas entidades pretenden renovar sus sistemas heredados, con el objetivo de reducir costes e impulsar la competencia frente a fintechs y neobancos. Además, la adopción de la IA se presenta como un método eficaz para reforzar la ciberseguridad y cumplir con las nuevas regulaciones, aprovechando la agilidad que ofrecen las tecnologías de IA generativa para detectar actividades sospechosas y actualizar documentos normativos. También existe un interés creciente en plataformas low-code y no-code, que facilitan la creación de aplicaciones personalizadas y agilizan la transformación digital, especialmente en ámbitos como la banca digital o la creación de productos de crédito.

Al mismo tiempo, se presta atención a la necesidad de simplificar y modernizar los sistemas de pago. Las entidades buscan herramientas unificadas que reduzcan gastos y mejoren la experiencia del cliente, manteniendo la flexibilidad que exige un mercado cada vez más digitalizado y competido. Estas acciones son parte de la estrategia con la que la banca prevé situarse ante los cambios que traerá el año 2025.

El sector asegurador ante nuevos desafíos

El ámbito de los seguros afronta un entorno marcado por la inflación, la complejidad de la cadena de suministro y un aumento en la frecuencia de los desastres naturales, factores que obligan a ajustar costes y repensar el modelo de negocio. De acuerdo con la misma encuesta elaborada por Kyndryl, el 94% de los directivos de aseguradoras confía en la solidez de su infraestructura, si bien el 56% considera que gran parte de sus sistemas se encuentra obsoleta y solo el 39% cree que están listos para gestionar incidentes futuros.

Para responder a esta realidad, las aseguradoras apuestan por automatizar los procesos de reclamaciones, empleando la IA como vía para acelerar la gestión de siniestros y mejorar la detección de fraudes. Además, la necesidad de personal capacitado en tecnología y en atención al cliente se ve como un elemento fundamental para agilizar operaciones y ofrecer un servicio personalizado. La incorporación de datos climáticos avanzados, con ayuda de proveedores tecnológicos que permiten el uso de información satelital y local, ofrece la posibilidad de evaluar de forma más precisa riesgos asociados al clima. Junto a ello, el refuerzo de la IA generativa cobra relevancia para predecir amenazas y salvaguardar los datos de los asegurados.

Adaptación y colaboración estratégica

La transformación digital es el motor que impulsa tanto a banca como a seguros a redefinir sus métodos de trabajo y sus servicios, permitiendo una mejor respuesta al cambio continuo. En este escenario, Kyndryl trabaja con entidades como Kutxabank, Unicaja, Cecabank, BPER Banca y Bank of Cyprus, entre otros, colaborando en la modernización de sus sistemas para optimizar operaciones y reforzar su resiliencia. En el ámbito asegurador, esta colaboración también se extiende a compañías como Río Uruguay Seguros, Rimac Seguros o SulAmérica, ayudándoles a adaptarse a las demandas de un mercado más digital y competitivo.

La clave radica en contar con la infraestructura adecuada para acometer las actualizaciones necesarias, junto con un enfoque centrado en la adopción de nuevas herramientas tecnológicas. Para el año 2025, se espera que estas iniciativas consoliden un sector financiero alineado con las demandas de entornos híbridos, preparado para atender la creciente complejidad regulatoria y abierto a la innovación constante que exige la sociedad actual.