España aparece en el foco por la evolución de las ausencias laborales y sus efectos sobre la productividad, la organización interna y los costes. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sitúa al país entre los de la Unión Europea con mayor duración media de los procesos de baja médica, mientras que, según la Encuesta de Población Activa (EPA) y el Banco de España, la proporción de ocupados en situación de incapacidad temporal ha pasado del 2,7% en 2019 al 4,4% en 2024. El propio supervisor identifica el incremento de las bajas por incapacidad temporal como uno de los retos relevantes para Administraciones y empresas.
En el ámbito corporativo, InfoJobs ya había detectado en su Barómetro de preocupaciones que uno de cada tres empleadores (35%) aprecia más absentismo que el año anterior, ubicándolo entre sus principales inquietudes junto a la escasez y la retención de talento y la desmotivación de las plantillas. El nuevo Informe sobre absentismo laboral de la plataforma señala que el 49% de la población ocupada se ausentó del trabajo en el último año, con o sin baja. La subida respecto a 2022 (10 puntos) se explica sobre todo por el avance de las ausencias sin baja, que pasan del 20% al 33%, mientras que las bajas laborales alcanzan el 25% frente al 24% de hace tres años.
El vínculo entre absentismo y salud mental gana dimensión. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo ha subrayado la necesidad de actuar sobre las condiciones organizativas, al situarse los trastornos mentales como segunda causa de incapacidad temporal. En paralelo, el trabajo de InfoJobs atribuye al origen laboral el 85% de las ausencias por motivos de salud mental, y el 42% de los afectados identifica exclusivamente el trabajo como detonante. El origen laboral del problema es más frecuente entre quienes tramitaron baja (50%) que entre quienes no lo hicieron (33%). Uno de cada cinco trabajadores que se ausentó por salud mental no lo comunicó en su entorno laboral, lo que indica falta de visibilidad y barreras para abordar estas situaciones dentro de las organizaciones.
Desde la óptica de gestión, las compañías señalan obstáculos concretos para actuar: dificultad para distinguir el absentismo justificado (32%), falta de transparencia en las causas (27%) y carencias de comunicación entre equipos y responsables (20%). En este contexto, la integración del bienestar psicológico en las políticas internas se plantea como un elemento a priorizar para reducir ausencias, sostener la productividad y reforzar el compromiso de las plantillas.
La jornada de 37,5 horas en el radar, con impacto limitado previsto sobre el absentismo
La propuesta de reducir la jornada semanal a 37,5 horas, que ha sufrido un revés parlamentario y aún no está aprobada, concentra expectativas entre los trabajadores. El informe recoge una valoración general positiva: el 64% cree que mejoraría la conciliación, el 58% anticipa mayor satisfacción y el 59% considera que favorecería la salud mental, aunque el 56% no prevé cambios en el nivel de absentismo. Entre los posibles efectos adversos, un 20% apunta a un deterioro en la organización y distribución del trabajo, y un 28% anticipa más carga de tareas, especialmente donde la coordinación es compleja. En el lado empresarial, la medida figura entre las diez preocupaciones principales, con la productividad como aspecto que más inquieta (42% de las menciones).
El perfil del absentismo muestra diferencias por género, edad, territorio y modalidad laboral. Las mujeres registran mayor incidencia, con un 50% de ausencia total y un 28% de bajas médicas frente al 25% general. Por edades, el tramo de 45 a 54 años alcanza el 51% de ausencia total y el 36% sin baja, mientras que en 55 a 65 años la ausencia total baja al 47%. Por comunidades, el País Vasco presenta el nivel más alto, con un 52% de ausencia total y un 31% de trabajadores que han estado de baja. En cuanto al modelo de trabajo, los presenciales reflejan un 49% de ausencia total (27% con baja) y los teletrabajadores un 50% con un 38% sin baja.
Dos colectivos destacan por comportamiento diferencial. Los autónomos muestran menor absentismo, especialmente en bajas formales (15%), mientras que los cuidadores concentran más ausencias sin baja (49%). Las razones de ausencia confirman el peso de la salud y los cuidados: acudir a citas médicas es el motivo más citado (49%), seguido por problemas de salud puntuales (30%) y procesos temporales que requieren recuperación (29%). Entre cuidadores, el cuidado de familiares o allegados alcanza el 48%, las citas médicas el 54% y los problemas de salud mental el 17%, todos por encima de la media.
En conjunto, el absentismo se consolida como un fenómeno estructural multifactorial, que combina causas de salud física y mental con desafíos de conciliación y organización del trabajo. La reducción de la jornada se percibe como una oportunidad para aliviar tensiones de bienestar, aunque sin expectativas claras de reducción del absentismo.
Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJob señala: «El absentismo es un grave problema para las empresas por sus implicaciones sobre la productividad y la capacidad operativa, y en general responde a problemas de salud o de índole personal que deben ser atendidos. Su evolución pone de manifiesto la importancia de mantener un equilibrio entre la eficiencia y el bienestar en los entornos de trabajo, especialmente en un contexto de transformación económica y tecnológica que condiciona la organización laboral y la gestión del talento«.



