El sector tecnológico está experimentando una aceleración sin precedentes, con la inteligencia artificial al frente de transformaciones en la economía y en la sociedad. Según explica Rafael Tamames en su reciente obra “La inteligencia artificial y tú” (Plataforma Editorial), la automatización y la robótica ofrecen oportunidades laborales nunca vistas, aunque también plantean desafíos que exigen formación continua para aprovechar este cambio.
El autor, fundador de VIVID VISION y de la consultora FINDASENSE, subraya que “la IA preservará y mejorará el mundo si no intervienen los gobiernos” y si las personas se forman para adaptarse a un entorno en el que la tecnología redefine cadenas de valor y formas de trabajar.
El papel de la formación en la Cuarta Revolución Industrial
Los datos del Informe Randstad que Tamames comenta en su libro anticipan que, aunque 2 millones de empleos podrían estar en riesgo en la próxima década por la automatización, surgirán 1,6 millones de nuevas posiciones, vinculadas a la analítica de datos, el desarrollo de software y la gestión de procesos automatizados.
En este contexto, el autor remarca que la era de la Cuarta Revolución Industrial requiere de personas con capacidades para convivir y cooperar con máquinas y algoritmos. A su parecer, la solución no pasa por frenar la innovación, sino por propiciar una educación continua que permita a los profesionales mantenerse competitivos, e insiste que la IA no es un sustituto de la empatía o la experiencia humana, ya que su carencia de sentimientos la limita para determinadas tareas que exigen cercanía o un juicio moral.
Nuevas tecnologías y presencia humana
El libro insiste en que la inteligencia artificial no es únicamente un fenómeno de grandes empresas: está influyendo en la educación, en la producción audiovisual y en la vida cotidiana, al mismo tiempo que consolida actividades como el análisis predictivo o la gestión avanzada de datos en las empresas de todos los tamaños. No obstante, Tamames advierte que, sin una supervisión humana, la IA no tendrá un diferencial, ya que necesita el sello de la creatividad y la experiencia que solo las personas pueden aportar.
Según el autor, esta convivencia desemboca en un escenario donde el trabajador debe reconocer la IA como una herramienta aliada y no como una amenaza. Para ello, la formación, la capacidad de adaptación, y el desarrollo de habilidades transversales resultan esenciales en una economía cada vez más digital.
Un llamamiento a la responsabilidad y la acción
El mensaje de Rafael Tamames para instituciones y empresas es que potencien la formación en inteligencia artificial desde las etapas iniciales. El autor considera que una sociedad preparada y abierta a la tecnología evitará que la IA se convierta en un agente disruptivo negativo. Por el contrario, la adoptará como soporte para una mayor eficiencia y competitividad.
Su advertencia es clara: «cuando el robot llame a la puerta de tu despacho, poder decirle que se siente a tu lado, pero sin miedo«. De ese modo, la inteligencia artificial se integrará de forma gradual, sin resentir la relación humana, que sigue siendo insustituible por su capacidad empática y por el juicio que solo un individuo es capaz de aplicar.