Según un reciente estudio presentado por Sage, compañía británica dedicada al software de contabilidad, finanzas, RR.HH. y nóminas, el 65% de las PYMEs españolas todavía no tiene claro cómo les afectará la factura electrónica, que será obligatoria a partir del 1 de enero de 2026 en el marco de la Ley Crea y Crece y la Ley Antifraude.
Esta falta de información pone en evidencia el reto que afrontan numerosos pequeños negocios en la transición hacia la digitalización, especialmente en lo referente a la correcta adopción de la factura electrónica.
El informe, obtenido a partir de las encuestas realizadas a más de dos mil asistentes del “Sage Factura Show”, revela que un 22% de las PYMEs se considera “nada preparada” y califica las nuevas normas de facturación como “un lío”. En el lado contrario, solo un 4% asegura utilizar actualmente la factura electrónica, y un 31% dispone de software antifraude certificado.
Apuestas por la formación en la adopción de la factura electrónica
Sage ha impulsado diversas iniciativas para sensibilizar y acompañar a las empresas de cara a la entrada en vigor de la factura electrónica obligatoria. Entre sus acciones destaca el itinerante “Sage Factura Show”, que visitó Sevilla, Madrid, Valencia y Barcelona a principios de febrero.
En estos eventos, que reunieron a más de dos mil participantes tanto en modalidad presencial como en línea, se explicaron los requisitos de la nueva normativa, así como las herramientas que facilita la compañía para abordar la transición.
Tras las sesiones, siete de cada diez empresarios reconocieron la urgencia de adaptarse, mientras que un 23% afirmó su intención de implementar inmediatamente los cambios que requiere la facturación electrónica.
Sage también colabora con la Cámara de Comercio y promueve eventos y acciones formativas que han desencadenado más de 230.000 interacciones sobre la materia y sumado 6.500 inscritos a webinars especializados.
Beneficios tangibles para la competitividad
El desconocimiento generalizado contrasta con las cifras positivas que puede brindar la adopción de la factura electrónica. De acuerdo con un análisis de Sage y AFI (Analistas Financieros Internacionales), la implantación de estos sistemas se traduciría en un ahorro promedio de 10.300 euros anuales por empresa y en una reducción del 44% del tiempo destinado a tareas de facturación. Además, se espera mejorar la transparencia de las operaciones y reducir los costes administrativos, elementos que redundan en un incremento de la competitividad.
A su vez, la compañía confirma que en otros países europeos donde la factura electrónica se ha impuesto, la experiencia refleja beneficios directos para las empresas, tanto en eficiencia como en seguridad de los procesos.
Con vistas a los próximos meses, Sage prevé continuar su labor de divulgación y acompañamiento, ayudando a las PYMEs a comprender y optimizar esta nueva forma de facturación que será obligatoria en menos de un año y medio.